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El problema de la vivienda en América Latina

EL PROBLEMA DE LA VIVIENDA EN AMÉRICA LATINA (Y EL CARIBE) https://www.youtube.com/watch?v=bcjlMwmKUyg&feature=youtu.be

Déficit y demanda

En la mayoría de las ciudades superpobladas de América Latina, la demanda de viviendas es superior a la oferta formal de nuevas edificaciones.

Según el BID, este déficit habitacional alcanza un 32% en Brasil  que podría parecer poco pero representa 80 millones de personas, mientras que en México el porcentaje es de 27% equivalente a más de 31  millones de personas.

Lo que representan estos números es que todos estos millones de personas:

o bien no tienen vivienda propia porque carecen de títulos de propiedad y generalmente la comparten con otra familia,

o, aún siendo propietarios del metro cuadrado, la calidad de la vivienda es paupérrima… Es decir, viven hacinados y/o no tienen acceso a servicios básicos como agua corriente y alcantarillado.

Este déficit ha sido una de las fuerzas que han moldeado las ciudades latinoamericanas modernas. Vamos a explicar por qué.

¿Cómo se vive en América Latina’?

Entre el 50 y el 60% del total de lo que se consideran nuevas viviendas en las mayores ciudades de la región, son informales. Esto significa que más de la mitad de nuevos espacios habitacionales no fueron proyectos de urbanización planificados sino estructuras improvisadas construidas -la mayoría de las veces por sus mismos propietarios- en terrenos de invasión o sin las licencias respectivas, pero que posteriormente han sido “normalizadas” por las administraciones locales como polígonos de asentamientos al otorgarles servicios públicos domiciliarios de agua y electricidad, por ejemplo.

¿Y cómo se les llama?

Son viviendas informales pero a estos espacios se les llama de una forma específica en América Latina que varía según países, por ejemplo:

Mientras que en Brasil son conocidos como las archi-famosas favelas, en Venezuela barrios y la gente vive en ranchos. Son las mismas villas miseria de Buenos Aires, Argentina; los cantegriles en Montevideo, Uruguay, los campamentos o callampadas de Valparaíso en Chile, o los pueblos jóvenes de Lima, Perú. Hasta el Banco Mundial les tiene apodo: los tugurios.

Como vemos, en cada país, las barriadas de la pobreza reciben un nombre, pero el escenario es siempre el mismo: hacinamiento, pobreza, exclusión social… que se repite en un círculo sin fin.

DATO: De los 588 millones de habitantes en América Latina, 110 millones vive en estos asentamientos informales. O sea, un promedio de 23 personas por cada 100.

¿Una casa nueva o una mejor? ¿Cómo detectar que una vivienda es de mala calidad?

Según el Banco Mundial, dos de cada tres familias que tienen un problema de vivienda necesitan una mejor -o en muchos casos, directamente una nueva- carecen de acceso a infraestructura básica.

UN-Hábitat estableció un criterio operacional. Un tugurio es una vivienda que carece de uno o más de los siguientes elementos:

Acceso a agua potable

Acceso a alcantarillado

Espacio libre de hacinamiento

Murallas de material firme y durable

Seguridad en la tenencia

Parte de los latinoamericanos y caribeños carecen de servicios básicos de agua (9%), saneamiento, (15%), y electricidad (4%); viven hacinados (6%), sobre suelos de tierra (6%) o con paredes y techos pobres (5%).

¿Por qué es difícil tener una vivienda de calidad?

1- Coste de m2 comparado con relación a salario mínimo.

Colombia. El metro cuadrado en Bogotá es de aprox. 1.130 dólares cuando el salario mínimo no supera los 300 dólares.

Chile. Las 5 comunas con valores de metro cuadrado más bajos es de 1400 dólares… el SM es de 450 dólares al cambio.

En realidad el precio más barato del m2 en el resto de países varía poco del promedio que oscila entre los 800 a 1500 dólares. Lo que cambia son los salarios y estado de la economía tomando en cuenta índices de inflación y empleo formal.

Por países

Brasil

Uno de los nombres de asentamientos irregulares más conocidos es el de las favelas brasileñas, en Río de Janeiro y Sao Paulo. Estas sirven como hogar de cerca de la cuarta parte de la población carioca. La romantización de la pobreza gracias al cine y la música ha dado lugar al fenómeno de “turistificación”. Al día de hoy, favelas como la de Rocinha, la más grande de Río, se han convertido en objeto de interés de numerosas compañías turísticas organizan recorridos a pie y venden el concepto de zonas de “aventura” y “experiencias alternativas”.  Esto ha alimentado el interés especulativo y la llegada de nuevos inquilinos de mayores ingresos que los habitantes tradicionales, lo que ha provocado un aumento de los precios de la vivienda de hasta 200% acumulado en los últimos años.

Argentina

En Argentina las villas de emergencia han experimentado un crecimiento vertiginoso, pasando de 52.000 habitantes de 1991 a 250.000 en 2017. Mientras que en un comienzo constituían zonas de tránsito hasta que la movilidad social permitía mudarse a barrios populares, hoy se han convertido en zonas de residencia fija.

La llegada constante de inquilinos y la saturación del terreno urbanizable disponible han provocado que los precios de la vivienda se disparen: en 2018 alquilar una sola habitación costaba una media de 4.000 pesos argentinos, un tercio del salario mínimo.

Chile

Según el Banco Central existe un déficit de 500 mil unidades de vivienda a la vez que los precios de compra y de alquiler están cada vez más alejados de los bolsillos. La Cámara Chilena de la Construcción (un actor relevante a nivel de política habitacional y con intereses en el negocio inmobiliario), indica que el alto precio de la vivienda se debe a la escasez de suelo urbano, pero los datos del Instituto Nacional de Estadísticas de la Región Metropolitana muestran otra realidad: existen 555 hectáreas para construcción, suficientes para levantar cerca de 500 mil unidades de vivienda, si ese suelo disponible se utilizara para construir edificios de 8 pisos.

Entonces, ¿por qué no se está construyendo ahí?  Según varios investigadores, es posible pensar que esos terrenos pertenecen a personas o instituciones que esperan explotarlos cuando los precios se adecuen a sus expectativas de renta.

Colombia

El déficit de vivienda en Colombia, que afecta el 31% de los hogares. El Gobierno reconoce que dicho déficit alcanza los 2,3 millones unidades habitacionales.

Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (DANE) el 77% de los hogares colombianos no propietarios, devenga ingresos  inferiores a cuatro salarios mínimosy de este porcentaje, más de la mitad corresponde a ingresos por actividades informales que los deja en una situación de más vulnerabilidad al no tener accesos a derechos laborales básicos. Así que la única opción de este grupo de hogares para llegar a ser propietarios, son los programas de subsidio familiar para viviendas de interés social.

América Latina entre la escasez y la opulencia

Mientras que millones de familias viven en condiciones precarias, hay muchos barrios “cool” en los que familias viven mínimo con 3 veces más que los más pobres.

Con vistas al centro de la ciudad de Buenos Aires por un lado y al Río de la Plata por el otro, Puerto Madero es el barrio más exclusivo y costoso de América Latina… Y es el que más creció en los últimos tres años que coinciden con la presidencia de Macri.

El metro cuadrado en este distrito cotiza a USD 7.038, según un informe del sitio web de búsquedas de inmuebles Properati, con presencia en Argentina, Brasil, Chile, México, Perú y Uruguay.

En segundo lugar se ubica el barrio Ipanema, en Río de Janeiro, donde el metro cuadrado cuesta USD 6.668; el tercer puesto lo ocupa Vila Nova Conceicao, en Sao Paulo, con USD 4.974, y en cuarto Vitacura, en Santiago de Chile, con USD 4.113.

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